Según el IDEA: Una instalación integrada de calefacción y agua caliente sanitaria consiste en un conjunto de elementos que, adecuadamente combinados, permite alcanzar el grado de confort deseado en un espacio habitado (vivienda, local, edificio, etc.) compensando las pérdidas de calor y proporcionando el agua caliente sanitaria a una temperatura apropiada.
El agua que circula por las calderas y por el sistema de red de distribución está caracterizada como no potable y no puede utilizarse para aseo personal. Eso es para el sistema de distribución de calefacción. Por ese motivo, para producir ACS la instalación dispone de intercambiadores de calor que calientan estas aguas sin mezclarlas con la red de las calderas.Â
Un sistema centralizado de calefacción deberá disponer de elementos de regulación que adecuan la temperatura de impulsión a las condiciones exteriores, asà que cuando haga más frÃo haga en el exterior, más caliente habrá de llegar el agua a los radiadores de cada vivienda.
Para aquellas instalaciones que también contengan un sistema de ACS deben contar o deberÃan contar habitualmente con depósitos de acumulación desde donde el agua de aseos será distribuida. Generalmente la distribución de ACS es paralela a la de calefacción.
En las instalaciones de edificios nuevos cada vivienda deberá disponer de contadores de energÃa para calefacción y para ACS. A su vez también que cada vivienda en su interior pueda modificar la temperatura en función de cabezales termostáticos que permitan mantener la temperatura deseada del propietario.Â
Elementos que integran una instalación centralizada moderna: