Su principio de funcionamiento se basa en el proceso de condensación, siendo el cambio de fase (vapor a lÃquido) de una substancia en estado gaseoso (vapor) a estado lÃquido. Este cambio de fase genera cierta energÃa conocida como calor latente, es decir, la energÃa requerida por una substancia para cambiar de fase. Esto dependerá al mismo tiempo de otros factores como la presión y la temperatura. Cuando el vapor se condensa a una temperatura en concreto liberará energÃa en el sistema.
En cambio, en las calderas que no son de condensación, una parte de este calor latente se evacua por los humos, implicando el alcance de temperaturas muy elevadas a la salida de humos, que pueden llegar hasta los 120ºC.
La condensación en esta clase de calderas proporciona que la evacuación de los humos sea más segura, registrando temperaturas relativamente bajas de hasta 45ºC y, a su vez, pudiendo recuperar parte de la energÃa. Con esta recuperación de energÃa, las calderas de condensación pueden ahorrar entre el 25 – 30% del consumo de combustible.
Otro aspecto positivo de las calderas de condensación es a la hora del mantenimiento, pues son calderas de mantenimiento escaso, e incluso algunas marcas y modelos advierten al propietario de cuando les toca realizar una revisión.
Estas ventajas tecnológicas proporcionan eficiencia en los sistemas de calefacción con calderas de condensación. Las revisiones de las calderas de condensación tanto domésticas como industriales son muy importantes. Una caldera bien cuidada y con un mantenimiento anual adecuado puede durar aproximadamente 15 años en funcionamiento.
ATECALSA ofrece un contrato de mantenimiento con revisión anual para mantener las calderas en buen estado, tanto para particulares como para administradores de fincas y empresas, garantizando la vida útil de éstas y del propio sistema de calefacción.